Mi padre iba con la moto , un coche le pilló el pie, se quedó un día en el hospital, luego volvió a casa. Le ví y me sorprendí, le dí un beso y un abrazo. Me puse muy alegre.
Le dolía mucho el pie, pero no lloraba porque era muy fuerte y le tenía que cuidar. Era difícil andar con las muletas y se cansaba mucho.
Esther 2º A
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